No hay más.
No hubo mejor regalo que dejarte ir.
Mejor llanto invertido, mejor despertar.
No hubo mayor pena, mayor confianza, mejor desertar.
No existe ningún anhelo, ningún mirar, ningún esperar.
No hay mayor verdad, mejor comprender, mejor escuchar.
No existes más en mis expectativas, te volviste real.
Ahora sí te puedo aceptar.